Camino a Tokio,  Entrevistas

PABLO HERRERA Y ADRIÁN GAVIRA: “ESTAMOS ENTRE LAS 15-20 PAREJAS QUE PUEDEN GANAR CUALQUIER TORNEO”

Aunque a día de hoy aún no están matemáticamente clasificados para Tokio 2020 todo hace pensar que lo estarán. Son la mejor pareja masculina del actual vóley playa español, compuesta por Pablo Herrera y Adrián Gavira. El primero nos cuenta lo que les falta para llegar a los próximos Juegos Olímpicos: “Nos quedan dos torneos, en Sochi y en Ostrava, para cerrar la clasificación. Estamos prácticamente clasificados, pero estamos buscando tener buenos resultados y encontrar buenas sensaciones de juego, porque entre el parón del año pasado, lesiones, el Covid de Adri, unas molestias del abdominal…nunca alcanzamos ritmo de competición y al final el jugador vive de las sensaciones. A nosotros nos falta mucha competición ahora mismo y en eso estamos”. De llegar a Tokio, serían los quintos Juegos para Herrera y los terceros para Gavira. Juntos se han quedado siempre -en Londres 2012 y en Río 2016- en un puesto maldito: el noveno, a puntito de conseguir el diploma olímpico: “El primer objetivo [en Tokio] es pasar la fase de grupo y después romper la barrera que tenemos de dieciseisavos, pasar del noveno siempre, que siempre nos hemos quedado ahí Adri y yo y ése es el principal objetivo”, nos cuenta Herrera, pero antes de ello, añade “intentaremos recuperar la forma física lo antes posible y tener buena sensación en competición. Los Juegos Olímpicos es un torneo donde siempre hay sorpresas”. Por su parte, Adrián Gavira es optimista: Aspiramos a clasificarnos y después a lo máximo. No me conformo con un diploma, que me encantaría tenerlo porque he ido a dos Juegos y no lo tengo, pero no iría a unos Juegos a conformarme con un diploma. Vamos a por la medalla, igual que vamos en cada torneo. Eso no significa que la vayamos a conseguir. Siempre hemos ido a todos los torneos aspirando a lo máximo”.

Ambos componen la pareja más longeva del circuito mundial, la que lleva más tiempo jugando juntos. “Nos entendemos muy bien desde el primer año. Ahora somos más que compañeros de equipo, somos casi familia, somos muy amigos y eso es muy importante. Una de las cosas más complicadas que tiene este deporte es llevarte bien con tu compañero porque pasas las 24 horas con él y hemos conseguido tener una muy buena relación, apunta Gavira. Ambos insisten en una palabra al referirse a su relación como pareja profesional: respeto: Nos entendemos muy bien porque los dos tenemos muchísimo respeto hacia el otro. Siempre hay algún roce, que se resuelve inmediatamente después de terminar el partido”, afirma Adrián. Su compañero coincide en su apreciación: “Me impulsa para seguir el buen rollo que tenemos Adri y yo, el respeto que nos tenemos los dos y que somos dos tíos muy competitivos que siempre que estamos en la arena queremos ganar”, porque el gen competitivo es otra de las características que les une: Pablo es un jugador muy competitivo y eso le ha hecho estar en lo más alto y muchísimos años. Es algo muy complicado mantenerte en alto nivel tantos años, dice Adrián de su compañero.

Pablo Herrera

También coinciden en qué hay que hacer para ganar un gran torneo, como los Juegos Olímpicos: Para ganar unos Juegos Olímpicos se tiene que unir que llegues muy bien de confianza, que tengas una preparación física muy buena, que llegues en tu punto máximo de preparación física y tener esa pequeña dosis de suerte de que te salga un gran torneo”, dice Gavira. Herrera en su primera experiencia olímpica, casi siendo un recién llegado a este mundo del vóley playa, ganó toda una medalla olímpica (de plata) en los Juegos disputados en Atenas junto a Javier Bosma. “Han pasado muchos años de mi medalla olímpica en Atenas 2004 y ahora se valora más aquel hito. La conseguí nada más llegar. Al principio fui un poco inconsciente. La gané junto a Javi [Bosma], que ya tenía 36 años en ese momento y me decía que no éramos conscientes de lo que habíamos conseguido. Han pasado los años y ahora se le da mucha más importancia. Ahora te das cuenta de lo que cuesta ganarla. No es sólo llegar bien físicamente, tienes que tener suerte también y estar en el momento y en el lugar exacto”. Y eso que en aquellos Juegos, tan exitosos al final para él, vivió su peor momento olímpico cuando en la víspera del partido de semifinales -que, obviamente, luego acabaría ganando-, estando en la ducha sintió un pinchazo en la espalda que le dejó tieso, sin poder moverse en el suelo. Afortunadamente fue tratado por los fisios y se repuso a tiempo. “Imagina prepararte cuatro años para que el día antes de unas semifinales te pase eso”. Es curioso que cuatro años antes viera desde el televisor de su casa a Javier Bosma disputar los Juegos de Sidney junto a Javi Díez: “Yo en mi vida me imaginaba que cuatro años después iba a jugar una final con él”, afirma Herrera. Algo parecido le debió de ocurrir al que ahora es su compañero, Adrián Gavira, que nos cuenta que “cuando Pablo me pidió ser su compañero inmediatamente acepté porque es el mejor jugador de la historia en España y uno de los mejores jugadores del mundo”.

Adrián Gavira

Juntos han disputado dos ediciones olímpicas. Nos adentran en la intrahistoria. Gavira nos cuenta sobre la cita londinense: “Fue un sueño estar en Londres 2012 pero me fastidió mucho que el estar en 2009-2011 el tercero del ránking mundial y que Pablo tuviera una lesión que le hizo llegar a Londres sin saber exactamente lo que tenía [nos dejara fuera de las medallas]. En diciembre de 2012 le dijeron que tenía el tendón rotuliano parcialmente roto y eso engrandece aún más a Pablo. Aun así, competimos muy bien y, aunque no conseguimos una medalla, enamoramos a un país”. En la siguiente cita olímpica tuvieron mala suerte con los cruces. Nos encontrábamos bien, pero tuvimos la mala suerte de quedar campeones de grupo y que nos tocaran los campeones del mundo, los brasileños que al final llegaron a ser campeones olímpicos, pero nos quedamos muy contentos. Sabemos que el circuito está muy igualado. Ahora mismo hay unas 15-20 parejas que pueden ganar una prueba tranquilamente; lo bueno es que dentro de esas parejas estamos nosotros”. Si ya en Londres les eliminó la pareja que entonces era vigente campeona olímpica en Río lo hizo la que se iba a proclamar en esa ocasión. Pese a todo, ambos recuerdan sendos Juegos espectaculares en su deporte: Tanto en Río como el Londres el ambiente del vóley playa fue espectacular. Eran dos estadios totalmente diferentes. El de Londres era precioso, un poco más abierto, la gente se lo pasó muy bien. En Río era más impactante, como muy vertical, incluso de noche no se llegaba a ver a los espectadores de la zona de arriba; te daba la sensación de que era más grande. El vóley playa en Brasil, detrás del fútbol, es uno de los deportes más seguidos, así que la gente formaba un gran espectáculo y las ganas que tenían de ver este deporte. La sede en Copacabana era idílica. Jugar en una playa tan mítica como esa fue un placer jugar allí, palabras de Gavira con las que coincide su veterano compañero.

Centrándonos en Tokio, Pablo Herrera nos comenta que “van a ser unos Juegos súper emotivos porque todo el mundo lo ha pasado muy mal. Nos merecemos unos Juegos ilusionantes”. Y sobre las peculiaridades de su deporte su pareja en la arena nos da algunas claves: Cada vez hay jugadores más jóvenes, más fuertes, más altos y nosotros seguimos ahí y eso es síntoma de que podemos seguir varios años, no sabemos cuántos. Somos los más conscientes de que esto un año se acabará. Nosotros vamos a entrenar para intentar prologar nuestra retirada. Siempre que vamos a un torneo aspiramos a lo máximo, si no, no nos molestamos en ir”. Herrera de nuevo coincide en esto con su compañero: Lo que me queda es seguir disfrutando. Hasta el momento en que sienta que se acabó la energía yo voy a seguir”.

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