Camino a Tokio

AMY MOORE: LA JUGADORA DE SOFTBALL QUE SUEÑA CON IR A TOKIO, SUPERVIVIENTE DEL TIROTEO DE LAS VEGAS

Amy Moore sueña con ser olímpica en Tokio 2020. Es miembro del equipo británico de softball y sus posibilidades para clasificarse son escasas. Aun así, Amy no ceja en sus esperanzas e ilusiones. Puede permitirse el lujo de soñar con que va a alcanzar todo lo que se proponga porque ya ha protagonizado un auténtico milagro salvando la vida en la mayor masacre ocurrida en un tiroteo civil en Estados Unidos. Junto a una compañera de equipo estaba presente el 1 de octubre de 2017 en Las Vegas, cuando un loco armado empezó un tiroteo que acabó con 58 muertos y más de 500 heridos.

La jugadora británica vive en Los Ángeles. Tiene varios trabajos: enseña softball a niñas, juega en un equipo y es recogepelotas para el famoso equipo de béisbol de LA Dodgers. Internacional desde 2011, jugó primero profesionalmente en Holanda e Italia para recalar posteriormente en el país cuna de su deporte, deporte que en los Juegos de Tokio regresa oficialmente a formar parte del calendario olímpico.

Es muy probable que la presencia de Amy Moore en el escenario del crimen salvara o, cuanto menos, ayudara a salvar a algunos de los que allí se encontraban. Sus habilidades atléticas no sólo le sirvieron a ella personalmente, sino que altruistamente se paró a ayudar a gente en necesidad. Ella misma reconoce que nunca había corrido tanto en su vida, pero “cuando te la juegas eres capaz de correr más que nunca”. Amy fue testigo de escenas realmente duras, de muertos a escasa distancia suya, de balas que volaban a centímetros de su cuerpo.

Junto a su compañera recopelotas de los Dodgers con la que sobrevivió al tiroteo. Foto de Jill Weisleder/Dodgers

Junto a su amiga -con la que había acudido a un festival musical que se celebraba en la ciudad de los casinos- corrió en un principio a esconderse en una especie de tienda de campaña para luego agacharse bajo una mesa. Después decidieron correr en un intento de huir del tiroteo. Amy recordó un consejo que le había dado un buen día un policía retirado recomendándola que, en caso de encontrarse en un caso similar, lo más inteligente era huir del escenario. Durante la huida Amy perdió sus zapatos, por lo que sus pies empezaron a sangrar. Su compañera le ayudó en esos momentos portándola. En cuanto encontraron un refugio que les aportaba un mínimo de seguridad se dedicaron a ayudar a los demás, mediante unas palabras de conforto y, de forma más práctica, haciendo un torniquete con sus cinturones.

Cuando se supo el grave incidente compañeros del equipo de béisbol de los Dodgers, sabedores de que dos de sus recogepelotas (la propia Amy y su compañera Christina Zambrana) se encontraban en el festival musical de Las Vegas, les mandaron a ambas multitud de mensajes interesándose por su estado, incluyendo a las grandes estrellas del equipo.

El hecho de que al final Amy Moore saliera sana y salva de tan macabro incidente le aporta una convicción de que puede superar todas las oportunidades que se le presenten, incluidas las deportivas. Cuando se escriben estas líneas aún no se sabe si Amy Moore logrará su sueño de ser olímpica, sueño que ha cogido un mayor peso tras superar este momento dramático en su vida que nunca podrá olvidar. Lo consiga o no, habrá logrado algo muchísimo más importante: salvar su vida y quizá la de más gente. Por muy importantes que sean unos Juegos Olímpicos para la vida de los deportistas de élite en momentos hay que recordar que hay cosas muy por encima de ellos.

Foto de the-signal.com

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