Entrevistas

PILAR HIDALGO, LA TRIATLETA OLÍMPICA RETIRADA AL DAR 280 PULSACIONES: “AÚN NO HE OLVIDADO EL SUSTO”

Pilar Hidalgo saltó a las páginas de la Prensa no como le hubiera gustado: celebrando sus éxitos en el triatlón, sino subrayando la extraña y dolorosa causa de su repentina retirada, obligada por temas de salud. Charlamos con ella para que nos contara sus inicios, su carrera, su presente y, naturalmente, aquel triatlón maldito en Puigerdá que hizo girar su vida 360º.

Curiosamente, Pilar Hidalgo no se inició en el deporte que la convertiría en atleta de alto nivel: Empecé en la natación. Fui nadadora hasta ver que no conseguía lo que quería, entonces me pasé al triatlón. Fui internacional el primer año y ya entonces me enganchó. Muy rápidamente empecé a competir en campeonatos de Europa y a hacer buenos puestos. Hice pódiums en Copas del Mundo, fui campeona del Mundo sub-23 y fui a los Juegos Olímpicos en 2004 [y bronce en el Europeo de 2004, añadimos nosotros]”. Analizamos con un poco más de profundidad su paso olímpico, uno de sus mejores momentos en su carrera: “Esos Juegos [los de Atenas 2004] para mí fueron lo más de lo más. Quedé la 13ª. Verdaderamente estaba para quedar mejor pero, bueno, la carrera es a ese momento, a esa hora, y no salió lo bien que creía y quería. Fui para quedar entre las cinco primeras. Sentí un poquito de presión para alcanzar un buen resultado”. La extriatleta insiste en el hecho de que “fue una experiencia única, diferente a cualquier Copa del Mundo, porque no nos juntamos sólo triatletas, sino atletas de todos los deportes. En los Juegos somos el atleta, la gimnasta pequeñita, el de baloncesto que mide dos metros y era curioso la diversidad”.

Ese mundo de la alta competición –y muy posiblemente de más ediciones olímpicas vividas- se cortó bruscamente en 2009, en medio mismo de una carrera. Nos lo cuenta Pilar: “me dio una arritmia en una competición aquí, en España. Una arritmia mala, hasta el punto de tener que evacuar en helicóptero. Me diagnosticaron una cardiopatía y me tuvieron que implantar un desfibrilador y tuve que decir adiós al deporte. Me ocurrió en medio de la carrera, en el segmento de la bicicleta. Me empezó a subir el pulso a 280 pulsaciones y una taquicardia que no se me paraba. Tuvieron que llevarme al hospital a “chispar”. La ayuda médica que se le prestó a la triatleta en un primer momento no fue suficiente. Hidalgo no podía ni hablar a los médicos, por los problemas de respiración que tenía, además de dolores en el cuerpo. Llegaron a pensar que se trataba de un ataque de ansiedad pero, por desgracia, era mucho más grave. Su vida corrió serio peligro y para salvarla, una vez ingresada en la UCI, se tuvo que poner con ella todo el servicio de Urgencias. Se puede decir sin temor a equivocarse que volvió a la vida.

En realidad, Pilar ya había estado recibiendo “avisos” de su cuerpo sobre lo que finalmente le ocurrió en plena carrera: “Cuando me pasó eso venía de estar un año regular, con lo cual ya me estaba dando avisos. Antes de estos avisos, dos años antes, si hubiera hecho las cosas bien o entrenado bien no sé la verdad, lo que hubiera pasado”. Su vida, dedicada en cuerpo y alma hasta entonces al deporte, dio un vuelco: “Desde entonces tengo totalmente prohibido cualquier tipo de deporte. Sólo voy a caminar; es lo máximo que hago y ya está. Me cambió totalmente la vida porque mi vida era el deporte y pasé a no tener nada de deporte en mi vida”. Sin embargo, no se ha desvinculado del todo del deporte, pues se dedica ahora a otra faceta del mismo: “Ahora llevo la distribución en España de la marca Mako de neoprenos, bañadores, para triatletas y nadadores. Lo llevo para profesionales, clubes, de todo. De esta forma sigo vinculada al deporte de alguna manera. La verdad es que estoy muy contenta con ella”.

Pasados ocho años del incidente, esta olímpica con progresión y carrera ascendente que tuvo que frenar confiesa contundente y claramente que “Aún no he olvidado el susto que me pegué. El susto está ahí, guardado”.

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