MERCEDES COGHEN: “EN BARCELONA 92 NADIE CREÍA EN NOSOTRAS PERO SABÍAMOS QUE ÉRAMOS CAPACES DE GRANDES COSAS”
Los Juegos de Barcelona 92 no podrán ser olvidados por el público español, tan desacostumbrado por aquel entonces a triunfos olímpicos hispanos. Todos coinciden en que hubo un antes y un después en el deporte español a raíz de esa cita olímpica. Parte de la culpa la tuvo un conjunto de chicas que eran prácticamente amateurs, pero que demostraron en el estadio olímpico de Tarrasa una excelencia que las llevó al oro. Eran las componentes del conjunto de hockey hierba femenino, autoras de lo que se puede considerar como una auténtica gesta.
Una de ellas, jugadora destacada, fue la madrileña Mercedes Coghen, que contó a Rincón Olímpico sus vivencias del que fue, sin duda, el mejor momento de su carrera deportiva: “Visto con la perspectiva la verdad es que fue alucinante. Mientras lo estábamos viviendo estábamos tan concentradas y cada día era un reto y una superación que quizás se nos escaparon algunos detalles porque estábamos muy metidas en lo nuestro, pero la verdad es que fue asombroso. No estábamos acostumbradas a tener un estadio tan lleno, tan volcado, con esa gente que estaba tan ilusionada, que cada día nos animaba. Al principio, sinceramente, como nadie creía en nosotras pues la verdad es que nadie nos hacía ni caso”.
No estaba verdaderamente acostumbrado el aficionado español a contemplar triunfos de sus deportistas femeninas. En ese sentido, ese equipo de hockey actuó como punta de lanza para los éxitos posteriores, a los que el público español se ha ido habituando. En opinión de Coghen: “Yo siempre digo que el deporte femenino en España empezó tarde porque teníamos muy pocas representantes olímpicas y el camino se ha recorrido muy deprisa. También es cierto que ahora tienen más apoyos, pueden compatibilizar el deporte con sus estudios, algunas con su trabajo. Sin esa ayuda para poder prepararte, viajar y competir es imposible”. Porque en aquella época, como nos resalta la ex jugadora, el panorama era bien distinto: “Nosotras éramos un equipo, por decirlo de alguna manera, muy amateur. Nosotras vivimos la transición; los que eran realmente buenos eran los chicos. Las chicas nos íbamos juntando en concentraciones de vez en cuando”.
Serían amateurs en la práctica, pero nunca dejaron de creer en ellas mismas, lo que pudo ser la clave de su éxito: “Nosotras tuvimos muchas fases. Cuando empezamos andábamos en el ránking por el puesto once y hasta llegar al oro pasamos seis años de muchas cosas diferentes, pero lo que sí vimos fue que en los últimos meses [previos a Barcelona 92] habíamos competido con casi todas las rivales y habíamos conseguido ganarlas. Por eso nosotras y el equipo técnico teníamos esa sensación de que ahí estábamos. Sí que sabíamos que éramos capaces de grandes cosas”.
Para que comprendamos la diferencia del deporte profesional con el amateur de entonces Mercedes Coghen cuenta siempre una anécdota que aclara mucho dichas diferencias: “En Holanda, cuando ya empezamos nuestras concentraciones para los Juegos, coincidimos con el Barcelona de Reixach, etc. y ellos decían que estábamos completamente locas. A nosotras nos daban dos mil pesetas de las de entonces para los diez días y a ellos les daban diez mil pesetas para tomarse un refresco en un sitio. ¡Casi ganábamos más apostando al mus!” (risas). Las “chicas de oro” tuvieron mucho mérito, bien trabajado a base de una preparación concienzuda: “Entrenábamos muchísimo pero nostras veíamos el deporte como algo completamente vocacional. Se nos convirtió en profesional con el ADO el último año, que estábamos dedicadas por completo. Como veníamos de un esfuerzo tan propio, tan personal, tan fuerte de creer en el equipo, en nosotras, eso nos ayudó muchísimo. Teníamos apoyo sí, bueno, con los medios que había, pero eran unos apoyos relativos”.
El trabajo constante y la confianza en ellas mismas serían, como decimos, las claves de su victoria final, pero el oro, antes de conseguirlo, lo veían como un sueño algo inalcanzable, a tenor de otra anécdota de los Juegos de Barcelona que nos contó Coghen: “Bajábamos una noche -no habíamos empezado a competir- al comedor, sobre las 12: 30 o 1 y nos encontramos con José Manuel Moreno con su medalla de oro, que venía de la euforia de haber ganado. Nos acercamos a él y nos dijimos: ´¿Tú te imaginas ganar un día una de éstas?´” .
Una vez retirada de la actividad deportiva Mercedes Coghan siguió vinculada al sueño olímpico, en este caso en sendas candidaturas para albergar los Juegos realizadas por su ciudad natal. La campeona olímpica estuvo en concreto en las de Madrid 2012 y Madrid 2016: “Los viví de una manera muy distinta porque yo lo veía aquello como algo mucho más utópico y de ensoñación. Vi las del 12 cerquísima. Samaranch padre siempre decía que si hubiéramos pasado a la final con cualquiera de las dos: París o Londres, Madrid hubiera ganado. Estuvimos a un voto solo de llegar a esa final”. Sobre las de 2016 nos contó: “En las del 16 al principio llevábamos muy buen ritmo pero llegó un momento a partir de la comisión de evaluación en que se cambiaron las tornas. A mí me da una rabia tremenda, porque lo que nos criticaban era que habíamos entrado en plena crisis, que no hubiéramos podido llevar a cabo estos Juegos… España ha sufrido mucho pero mira cómo está ahora Brasil. Madrid era una ciudad ideal por tamaño, por instalaciones, por público, por ambiente…Y me da pena porque creo que los deportistas se merecen lo mejor para unos Juegos y al final es mucha política y mucho interés comercial”.