Camino a Río

LOS PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA RÍO 2016 -Parte II

Continuamos con la larga lista de problemas que rodean a los inminentes Juegos de Río y que ya tratamos en una primera parte:

-Contaminación de las aguas=

Algunas de las sedes de deportes olímpicos en Río cuentan con un nivel de polución en sus aguas demasiado alto. Se trata de la playa de Copacabana, donde se realizará el triatlón y las aguas abiertas (en ella apareció además hace poco un cadáver descuartizado) pero, sobre todo, las de la laguna Rodrigo de Freitas (donde tendrán lugar las competiciones de piragüismo y remo) de donde se han retirado toneladas de peces muertos, y la tristemente famosa bahía de Guanabara, sede de la vela, que llegan a denominar “cloaca pestilente”. Nunca ninguna competición internacional –mucho menos unos Juegos Olímpicos- se desarrollaron en aguas tan sucias. Durante meses una serie de deportistas que se entrenaban en ellas han elevado sus quejas. Llegó a comentarse a un año de los Juegos que las pruebas de vela podrían desarrollarse en la sede de los últimos Juegos, tan mal estaba el panorama. La supuesta limpieza que se tenía que llevar a cabo no ha sido completada por falta de dinero (sólo ha sido realizada en un 40%), lo que nos lleva al siguiente apartado:

 -Crisis económica y la consiguiente impopularidad de los Juegos=RIO CONTAMINACION

Ha faltado dinero en la organización de los Juegos. Cuando se concedieron a la ciudad brasileña el país disfrutaba de un auge económico y unas perspectivas que auguraban una mejora. Poco duró. El dinero no ha llegado y, a poquísimas semanas del comienzo de los Juegos y con un gobierno provisional, se ha tenido que solicitar una inyección estatal de dinero para poder acabar la preparación. En junio de 2016 el Estado de Río declaró el colapso económico y pidió una ayuda de socorro para poder celebrar los Juegos. Tan mal estaban las cosas. A menos de dos meses antes de la inauguración Río declaró la “emergencia económica”.

Sin embargo, a ojos de muchos ciudadanos brasileños los gastos de Río 2016 suponen un auténtico despilfarro en una nación que cuenta con millones de pobres. ¿Consecuencia? Manifestaciones por doquier en contra de los Juegos y múltiples intentos de boicotear el relevo de la llama olímpica por el país, intentado apagarla. Un sondeo a fecha de 19 de julio de 2016 mostraba que sólo el 40% de los brasileños apoyaba los Juegos de Río y más de la mitad confiesa que ni seguirá los Juegos

 -Retraso en la terminación de las instalaciones e infraestructuras=

Sin dinero para acabar las prometidas y necesarias instalaciones, finalmente se ha tenido que renunciar a varias, como la famosa Línea 4 del Metro, que uniría las sedes olímpicas con el centro, aunque tras muchos retrasos ha podido inaugurarse finalmente justo antes del inicio de los Juegos, pero con muchas limitaciones (a personal acreditado). En algunos casos se hará un “apaño” provisional que permita el uso de ciertas carreteras o medios de transporte únicamente a deportistas, personal de los Juegos y, en algunos casos, espectadores con una tarjeta especial de transporte. Los ciudadanos no podrán disfrutarlo. El tráfico en Río es de por sí caótico y no parece que mejore durante los Juegos. No olvidemos, tampoco, el carril-bici que se inauguró bordeando la costa y se derrumbó, matando a tres personas.

Las instalaciones olímpicas también han sufrido unos retrasos considerables, siendo la inauguración de varias de ellas reenviada en múltiples ocasiones. En algunas no se han llegado a disputar pruebas test previas a los Juegos, requisito imprescindible en el contrato firmado con el COI. Lo han sufrido especialmente el velódromo (interminable la lista de cosas por hacer aún en él) y el centro de tenis. En otros casos se ha realizado una inauguración “falsa”, con telas tapando zonas en obras y prohibición a la Prensa de salirse del recorrido estipulado.

El escándalo ha llegado a ser mayúsculo con la villa olímpica. Recién inaugurada, toda la delegación australiana ha tenido que marcharse de ella por ser “inhabitable” debido a sus múltiples fallos: no funcionan los retretes, hay goteras, cables a la vista, escaleras sin luz, suelos encharcados…y eso con deportistas ya dentro. Está claro que les ha pillado el toro a los organizadores de Río 2016.

velodromo obras

 -Escasa venta de entradas, disminución imprevista de aforo y retraso en impresión de entradas=

Se han anulado muchos viajes del extranjero para los Juegos de Río. El zika tampoco ha ayudado. Los brasileños, por su parte, se han mostrado reacios a la compra de entradas, comprensible dada su crisis económica. Todo ello ha llevado a la supresión imprevista de zonas enteras de gradas. Aún hoy se anulan o se amplían zonas de gradas según la demanda en la venta. Los compradores, en ciertos deportes, no tienen asiento asignado, lo que conllevará al caos el día de la competición y a colas que podían haberse evitado si las localidades fueran numeradas. En deportes como el triatlón directamente se han acabado de anular las gradas y hasta se ha pedido a los periodistas acreditados que “lleven su propia toalla para colocar en la arena, donde proceda”. Sin comentarios.

 -Ausencias sonadas: sanciones y boicots=

El zika, como decíamos anteriormente, ha servido de excusa para la retirada de –a día de hoy- 21 golfistas de entre los mejores del mundo. La vuelta de ese deporte, tras 112 años de ausencia, será muy a medio gas. Otros tenistas de renombre (Halep entre las féminas, Berdych o Raonic entre los hombres) han renunciado por las mismas causas, así como destacadísimos y numerosos jugadores estadounidenses de la NBA.

Pero el escándalo, con mayúsculas, es la ausencia de muchos de los integrantes de la gran potencia deportiva rusa por sus numerosos casos positivos –en el caso del atletismo ausencia total- y por el dopaje sistemático de estado, el gran escándalo de estos Juegos -por una vez, no achacable a la organización de Río-.  Otros deportes también se verán muy mermados por sanciones por dopaje, destacando la halterofilia y, en menor medida, el piragüismo.

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