RAFA NADAL: “NO SÉ CÓMO ESTARÉ EN RÍO, PERO IRÉ PARA COMPETIR AL MÁXIMO”
Casi sin discusión considerado el mejor deportista español de la historia Rafael Nadal, estrella de un deporte altamente profesionalizado, no ha querido dejar nunca de lado el acontecimiento cumbre del calendario deportivo: los Juegos Olímpicos. Puede que el tenis olímpico no goce aún de suficiente tradición, que en sus comienzos sufriera las bajas de sus máximos exponentes, que aun hoy en día algunos tenistas prefieran renunciar a ellos por su un tanto molesta ubicación, casi con calzador, en medio del meollo de la temporada tenística anual, pero Nadal siempre ha sentido algo especial por los Juegos Olímpicos y así lo ha querido expresar públicamente: “Los Juegos Olímpicos son la máxima expresión del deporte”. Así de contundente lo dice.
El evento olímpico, de hecho, le ha aportado al manacorí sus mejores y peores momentos profesionales. Los mejores en Pekín 2008, donde se proclamó campeón olímpico y los peores en Londres 2012, cuando por lesión hubo de renunciar a participar en ellos: “Los juegos de Pekín 2008 representaron para mí dos de las mejores semanas de mi vida. El no estar en Londres fue una decepción, también por no poder llevar la bandera de España en la ceremonia de apertura. Fue la decisión más dura de mi carrera”. Porque, como recalca Nadal –y esperemos que esto no traiga malos augurios-: “Como son cada cuatro años nunca sabes qué va a poder pasar, si vas a poder estar en los próximos Juegos”.
Repasando su palmarés olímpico nos encontramos que se perdió los Juegos de Atenas –donde tenía solo 18 años- por poco, puesto que ya empezó a despuntar en 2004. Tanto apuntaba que ese mismo año ya ganó a Roger Federer, pero aún no lo suficiente para estar entre los elegidos en un combinado español que, por otra parte, siempre contó con tenistas de envergadura (a los Juegos de Atenas acudieron ni más ni menos que Ferrero, Moyá, Feliciano López y Robredo).
Sin embargo, los Juegos de Pekín 2008 parecían puestos en el calendario ex profeso para el mallorquín, que ese año llegó a la cita olímpica tras ganar su cuarto Roland Garros y su primer Wimbledon. Vencer en la final de Pekín le supuso lograr lo único que le faltaba: el oro olímpico. Nadal siempre declaró su espíritu olímpico y no solo de palabra, sino de hecho: vivió la experiencia de la villa olímpica en su totalidad (a diferencia de su colega Federer, que ha vivido siempre en hoteles aparte durante el torneo olímpico), disfrutando de cada momento al lado de compañeros que disputan otros deportes. Los deportistas españoles siempre han destacado la cercanía de Nadal en la villa olímpica, siempre abierto y dispuesto a una foto, a un autógrafo. En definitiva: una vida de igual a igual con atletas de los llamados “deportes minoritarios”. A Nadal le gustan los Juegos Olímpicos y así lo declara: “Voy a ser sincero: me emociona el deporte en el que se transmiten unos valores”.
Si en Londres 2012, cuando había sido elegido como abanderado de la expedición española, no pudo acudir por lesión, a Río va con más ganas, pero también lleno de incógnitas, como hizo público esta semana: “Las cosas este año iban bien, estaba disfrutando y con buenas sensaciones, pero no sé ahora cómo llegaré. Pero no va a faltar el esfuerzo por mi parte para estar en Río 2016”.
En estos inminentes Juegos tiene muchos retos: se le ha vuelto a invitar para ser el abanderado español, algo sobre lo que bromeaba: “No me puedo de ninguna manera lesionar la muñeca cogiendo la bandera (risas)”. Muy amigo de Pau Gasol, que ya estuvo en esa tesitura, el tenista apunta: “Mira que he hablado con Pau Gasol sobre muchas cosas, pero nunca le he preguntado sobre la experiencia de ser abanderado”. Y lanza una solicitud a la organización de los Juegos:“El torneo olímpico de tenis empieza al día siguiente del desfile, pero espero que la organización nos proteja y nos dé un día de descanso, ya que aún hay algo de margen”.
Pese a las incógnitas que ofrece su estado físico, tras tener que renunciar a los dos Grand Slams previos a los Juegos (Roland Garros y Wimbledon), Nadal quiere exprimir a tope la experiencia olímpica de Río: “Ojalá que pueda estar en Tokio 2020, pero yo quiero aprovechar la experiencia olímpica de Río al máximo y competir en todas las facetas posibles”. Lo dice porque el gran Rafa estará, en principio, en todas las competiciones posibles, estrenándose en la de dobles mixtos, donde hará pareja con la sensación femenina del momento, Garbiñe Muguruza: “No he competido en mi vida en mixto y será una sensación distinta, pero me hace ilusión”. No le faltaron piropos hacia su compañera: “Garbiñe está en muy buen nivel y tiene mucho mérito lo que está haciendo. La felicité tras los éxitos conseguidos, aunque no empezara la temporada tan bien. Yo deseo a todos los españoles que participan que tengan mucho éxito”.
En un deporte tan profesionalmente organizado como el tenis podrían verse serias diferencias entre el torneo olímpico o cualquier otro de la ATP. Nadal no las ve apenas: “No las hay a nivel competitivo. Los tenistas tenemos la gran suerte de tener un gran circuito profesional bien montado, cosa que no es el caso de otros deportes, que viven prácticamente centrados en el ciclo olímpico y se entrenan básicamente para participar en los Juegos Olímpicos, [al no ser deportes con un gran apoyo económico detrás]. La semana de los Juegos tienes que estar al 100%. Hay una presión añadida, que es que es solo cada cuatro años y no sabes cuántas oportunidades tendrás”.
Si alguien dudaba sobre la participación del tenista español en Río el propio Alejandro Blanco, presidente del COE, quiso dejar las cosas claras en declaraciones a Historias de los Juegos: “Nuestras noticias es que va a estar. Él lo quiere y nosotros lo queremos. Será un gran honor que nos abandere”.