Heroínas olímpicas

CLÁUDIA PASTOR: SU MEDALLA OLÍMPICA PUEDE CURAR A SU HIJO

La brasileña Cláudia Pastor pensó en su día, al culminar los Juegos de Atlanta 96 y conseguir el sueño de todo deportista, que la medalla olímpica que conseguía le reportaría satisfacción profesional, quizá mejoras económicas, fama, reconocimiento público e incluso orgullo propio y de su país, al tratarse de un deporte de equipo. La plata en baloncesto obtenida ante la anfitriona y todopoderosa Estados Unidos, sin embargo, puede hacer por ella mucho más. En realidad, más que por ella por la vida de su hijo, Maurilio, un niño de 13 años afectado de una grave y rara enfermedad. Su madre, la ex jugadora de baloncesto, puede conseguir una gran mejora en la calidad de vida del niño gracias a la operación a la que se podrá someter con el dinero sacado de la subasta de la medalla olímpica de Cláudia.

Cláudia coincidió con la mejor época del baloncesto femenino brasileño, al lado de figuras como Hortência Marcari o Paula. Pastor jugó de pivot en ese equipo que consiguió la meta más alta hasta el momento de la Seleção. Una lástima que un año después de Atlanta tuviera que retirarse por una lesión y no pudiera lucir otra medalla olímpica más, la de bronce de Sidney 2000, que alcanzaron sus compatriotas y ex compañeras.

Pastor continuó con su vida, convirtiéndose en madre de un niño que tuvo serios problemas médicos desde su nacimiento. Lo que padece Maurilio tiene el nombre oficial de hamartoma hipotalámico que le provoca convulsiones, rigidez muscular, severos dolores de cabeza, mareos y movimiento incontrolado de ojos. Otros síntomas son su confusión, ya que a veces no sabe dónde esta y razona con poca claridad. Su extraña enfermedad fue diagnosticada sólo a finales de 2014, tras pasar por todo tipo de especialistas –neurólogos, psiquiatras, etc.- y entonces Cláudia se puso en marcha para intentar curar al pequeño. Se le realizó una primera intervención en Francia para desconectar la masa del hipotálamo. Eso mejoró sus condiciones, pues disminuyeron los procesos de crisis, aunque no los anularon. Se hace necesaria una segunda operación que costa unos 25.000 euros. Dinero con el que no cuenta la ex jugadora, así que inició una cuestación por Internet mediante el perfil de Facebook creado ad hoc (“Toda la curación de Maurilio”) o su propia dirección de correo electrónico (claudiapastorcampanha@gmail.com).

Cláudia y Maurilio cuentan con el apoyo de deportistas brasileños, que han rifado sus objetos, como la camiseta firmada por el futbolista Cafú. Pero aun con toda la solidaridad mostrada, los fondos no llegan a cubrir todos los gastos, por lo que la medallista olímpica optó por poner el objeto más preciado de su carrera deportiva al servicio de lo que más quiere en este mundo. La subasta de su medalla de Atlanta alcanzó los 8.500 euros – triplicando su precio de salida-, pagados por un comprador anónimo. Nunca una medalla olímpica sirvió a un fin más alto.

claudia pastor

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