LOS LANGE: PADRE E HIJOS COMPITIENDO EN RÍO
A Río va a llegar una familia singular de competidores: los argentinos Lange. La componen un padre que hará historia y dos de sus hijos. Santi Lange vivirá los que serán sus sextos Juegos Olímpicos, lejanos ya los de Seúl, su primera experiencia. Y lo hará tras superar un cáncer de pulmón inesperadamente descubierto –como siempre pasa en estos casos- pocos meses antes de Río, cuando se chequeó por sentir un cansancio que siempre atribuyó a tanto viaje por el mundo para competir en la vela, su deporte. Santi, el patriarca, lo ha superado, lo que le permitirá cumplir el sueño de ser olímpico junto a sus hijos Yago y Klaus. Quizás el deseo grande de vivir una experiencia olímpica en familia haya contribuido a la mejora en su salud. Además, competirá en una nueva clase –Nacra, la categoría más rápida-, junto a una mujer, la también regatista con experiencia olímpica Cecilia Carranza. Será, pues, novedoso para él participar en una modalidad mixta, algo también nuevo en la vela olímpica. Muchas novedades para el veterano Santi.
Lange padre ya ha conquistado dos medallas en sendos Juegos, los de Atenas y los de Pekín, bronce en ambas ocasiones y las dos en la clase Tornado. Particularmente dificultosa la última. Llegar a la Medal Race –donde compiten únicamente las diez primeras embarcaciones con doble puntuación en juego-, fue emocionante y exigente. Toda una montaña rusa de puestos que le otorgó el bronce (en una modalidad ganada finalmente por los españoles Fernando Echavarri y Antón Paz-) ¿Otro entrenamiento para la lucha vital contra el cáncer? Seguramente un deportista de élite como él, acostumbrado al sacrificio y a la garra, venía aprendido en la lección de “lucha por la vida” que ha aprobado con nota en los últimos meses, superando el cáncer.
Santiago Lange es ingeniero naval, con el hobby de la vela como pasión y dedicación. El dinero que gana lo dedica a su deporte. Aparte de las medallas olímpicas ha ganado cuatro campeonatos del mundo, múltiples y prestigiosas medallas en otras competiciones y ha intervenido asimismo en la notoria Copa América. Como ingeniero naval ha diseñado veleros exitosos, tanto como para ganar siete veces la Copa del Mundo. Está claro que ha transmitido el amor por la vela a sus hijos, los mencionados Yago y Klaus, que al principio viajaban por todos los mares y océanos para ver competir a su padre, como la visita que hizo Yago a su padre en Atlanta, con ocho años, que le dejó marcado.
Ahora Yago y Klaus, que han tenido que superar riñas y peleas de hermanos, luchan por ser los mejores en su clase, 49er. Los hermanos se habían puesto como objetivo llegar juntos a unos Juegos y ahora, conseguida por fin la plaza para Río, vivirán su primera experiencia olímpica y lo harán junto a su padre, algo que puede que nunca nadie haya experimentado.
Porque el sueño de Santi era vivir una Olimpiada los tres juntos. Ante el anuncio inesperado de sus hijos, Santi decidió seguir luchando, con 55 años, por una plaza también para él. No necesitaba demostrar nada a nadie, pero el poder vivir semejante vivencia junto a sus hijos le dio el empujón final necesario.
Para Santi Lange lo importante no son los propios Juegos en sí, sino el camino lleno de regatas y de obstáculos, de horas y horas de entrenamientos y de pruebas que hay que recorrer hasta conseguir la plaza. Al fin y al cabo, como dice, los Juegos duran apenas unos días, unas horas pero, eso sí, traen consigo un ambiente y un sentido de responsabilidad, al representar al país de uno, que supone la esencia del deporte. Sólo nos queda esperar para ver si en Río conseguirá un mejor puesto el experimentado padre o los vehementes hijos. Será, en cualquier caso, una victoria de todo el clan Lange.
Actualización: Santiago Lange consiguió en Río 2016 el oro en la categoría de Nacra 17