Momentos Olímpicos Mágicos

MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 14: EL HISTÓRICO ORO DE PAQUITO FERNÁNDEZ-OCHOA EN SAPPORO‏

Lo que sucedió en la final de los Juegos de Invierno de Sapporo 72 el 13 de febrero puede calificarse tranquilamente como gesta. Se disputaba la final masculina del eslalon especial de esquí alpino. El gran dominador mundial en aquella época era el italiano Gustav Thöni –quien, de hecho, se haría con el oro de la prueba de eslalon gigante-. Pero en la prueba que nos ocupa no pudo superar a un españolito de Cercedilla (aunque nacido en Madrid capital, pero criado en dicha localidad de la sierra) que iba a proporcionar la primera medalla a España en unos JJ.OO. de invierno. También, con el tiempo, sería –hasta el momento- el único oro y el tercero cronológicamente en conjunto en la historia olímpica de España.

Francisco Fernández Ochoa -Paquito para todos- había sido el primero en la primera de las dos mangas con un tiempo de 55:36, realizando 53:10 en la segunda. Un tiempo total de 1:49:27, dejando atrás al gran favorito Thöni por un segundo y una centésima. Como dato curioso decir que el podio lo completó otro italiano…¡primo de Gustav! Se trata de Roland Thöni. Las curiosidades siguieron en la entrega de medallas, pues el nuevo héroe español subió al podio vestido con la típica capa española, algo habitual en él.

Fernández-Ochoa, que había salido con el dorsal 2 a comerse el monte Taineyama, sorprendió a propios y a extraños con su victoria. No tanto por sus cualidades, sino por el potente rival con el que se enfrentaba. Y es que Gustav Thöni venía de ganar la clasificación general de las dos ediciones previas de la Copa del Mundo. Paquito tampoco había destacado lo suficiente en aquella época (sus mejores resultados llegarían después). Incluso una medalla ya habría sorprendido a los seguidores del deporte blanco. El español ya contaba en su bagaje con una participación en los Juegos Olímpicos anteriores, los de Grenoble, pero lo había hecho con sendos puestos mediocres: el 23º en la prueba de eslalon y el 38º en el descenso.

Foto de EFE
Foto de EFE

Como es de todos sabido, el hito de conseguir medalla en unos Juegos de Invierno para España sólo fue igualado –aunque en una medalla de otro color, en este caso un bronce- por su hermana pequeña Blanca, conseguida en Albertville 92 en la prueba del eslalon. Es decir: hasta el momento sólo alguien de la familia Fernández-Ochoa ha dado medallas en Juegos de Invierno a España. Este carácter de ser auténtico pionero en cuanto al éxito deportivo hizo de Paquito Fernández-Ochoa un héroe en su país, a la par que otros pioneros como Severiano Ballesteros, Manolo Santana o Ángel Nieto. Meritorios deportistas por llegar a lo más alto en un país sin tradición, historia ni casi infraestructuras en sus deportes minoritarios (al menos entonces).

Por lo tanto, ese oro de Sapporo, que podría ser uno más de tantos de las muchas competiciones que se desarrollan en unos Juegos Olímpicos, cobró un cariz de gesta histórica y de resultado insólito. No fue, claramente, una “prueba más”. Al menos en un país se recuerda aún hoy en día, pese al paso de decenas de años.

Paquito Fernández-Ochoa recibió a su vuelta todo tipo de premios y condecoraciones imaginables. También hay que considerar como gesta que la prensa de entonces, tanto la generalista como la deportiva, le dedicara portadas, algo impensable entonces para un esquiador. Los ecos de su oro en Sapporo aún resuenan.

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