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VIC WILD: DESPECHADO POR EE.UU. SALVÓ AL SNOWBOARD RUSO EN SOCHI

El 19 de febrero de 2014 Vic Wild hizo historia olímpica varias veces: junto a su esposa Aliona Zavárzina ganó medallas olímpicas con escasos minutos de diferencia siendo un matrimonio y compitiendo en el mismo deporte y misma prueba (slalom gigante paralelo de snowboard), uno en categoría masculina y otra en femenina. Por otra parte, siendo estadounidense ganó oro para Rusia -tras nacionalizarse- y, finalmente, fue el primer esquiador de snowboard que ganó dos oros olímpicos.

Pero todo empezó en 2011. Para entones el americano Wild, criado en White Salmon, estado de Washington, recibió una pésima noticia: el equipo americano de snowboard paralelo, disciplina que a la que él se dedicaba, decidió que abandonaba el programa de financiación para la competición –al que ya dedicaba una cantidad ínfima, claramente insuficiente, de su presupuesto-, centrándose en el halfpipe y el slopestyle, categorías donde son una potencia. Wild se encontró en que se tenía que retirar de su deporte demasiado joven. El sistema de estos deportes en Estados Unidos funciona con autofinanciación de cada esquiador, buscándose él mismo patrocinadores, sin apoyo real de la Asociación Nacional. Visto lo visto, el futuro deportivo de Vic se cerraba.

Y entonces apareció su “salvadora”: la asimismo esquiadora de snowboard Aliona Zavarzina. Empezaron a salir ese año de 2011, aunque se habían conocido un par de años antes. A un entrenador ruso se le ocurrió que la forma más lógica para que Wild siguiera compitiendo sería casándose con Zavarzina y adquiriendo la nacionalidad rusa, patria de ella. Eso hicieron. Rusia se iba a convertir en la salida para Vic para dedicarse a su deporte favorito.

Vic suele contar que lo más duro de su cambio radical de vida de Estados Unidos no fue el difícil idioma –que aún no domina, habiendo abandonado un curso intensivo de ruso porque le llevaba demasiadas horas al día que prefería dedicar a entrenamientos- ni el cambio de vivir en una diminuta aldea de montaña a la masificada Moscú –su primer choque, según confiesa, fue la primera vez que se montó en el Metro moscovita-, sino tener que beber vodka –Vic no es bebedor- en las ceremonias de pedida de mano y posterior boda, como es prácticamente obligatorio en Rusia.

Foto de Nathan Bilow/USA TODAY Sports

Wild ya podía entrenar con desahogo económico. Los esfuerzos de Putin y su Rusia en ganar el máximo número de medallas en su propios Juegos, los de Sochi, dieron sus frutos. El ganar más medallas que nadie era una obsesión para los organizadores de Sochi. Vic Wild respondió a la confianza de los rusos ofreciéndoles dos oros, en slalom paralelo y en slalom gigante paralelo. A cambio, cada oro iba premiado con 300.000 euros en el caso de Rusia.

El propio esquiador declara sin dudarlo que nunca habría obtenido esas medallas de haberse quedado en su patria de origen. La falta de presupuesto era la clave. De hecho, de haber seguido en su país ya no seguiría ni siquiera compitiendo. “Me han dado una segunda oportunidad en este deporte”, aseguraba el esquiador. Su mujer, emocionada, afirmó que Vic “se merecía sus éxitos por los sacrificios que había realizado”. Pese a que puede considerarse que Vic realizó un matrimonio casi de conveniencia y que la obtención de su nuevo pasaporte se limitaba a poder seguir compitiendo, Wild afirma que se siente ruso y que el snowboard no fue la única razón de su cambio de nacionalidad, ya que influyó muy mucho su relación –ya existente- con Aliona. Relación que habría sido difícil de mantener de haber continuado cada uno en su país.

No falta quien calificó de “traidor” a Wild, recibiendo muchos mensajes amenazantes tras sus victorias ofrecidas al país que otrora fuera el “enemigo número uno”. Sin embargo, no le faltaron las felicitaciones y apoyo de su antigua federación (que mandaron enseguida un tuit en el que subrayaban el respeto por la decisión de Wild por competir con Rusia) y anteriores compañeros, como Justin Reiter, quien afirmó: “La Asociación de Snowboarding de Estados Unidos optó por apoyar el freestyle en lugar de nuestra modalidad. Si hay que culpar y odiar a alguien hay que hacerlo con ellos”.

Wild afirma que, contrariamente a lo que opinan muchos, él eligió “el camino más duro” y que sus “triunfos con Rusia han ayudado a abrir la mente de muchos norteamericanos que no veían más allá de su país como único en el mundo”.

Vic Wild y su esposa Aliona Zavárzina, medallistas el mismo día en Sochi
Vic Wild y su esposa Aliona Zavárzina, medallistas el mismo día en Sochi

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