Entrevistas

DAVID STORL: “EL AMBIENTE EN RÍO 2016 NO ERA BUENO”

A su impresionante palmarés sólo le falta el broche del oro olímpico. Campeón mundial en dos ocasiones (2011 y 2013), plata en el Mundial de 2015, tres veces campeón europeo y numerosas medallas más en campeonatos a cubierto, es difícil ver a David Storl fuera del podio. Falló precisamente en los Juegos de Río, donde sólo alcanzó el séptimo puesto. Volvió a fallar en la gran cita del siguiente año: el Mundial de Londres de 2017, donde finalizó décimo. Aparte de esas dos ocasiones, este lanzador de peso germano consigue medalla tras medalla, desde que lo hizo por primera vez en 2007 cuando aún era juvenil hasta ahora mismo.

De entre todos sus metales el que más nos interesa es la plata obtenida en los Juegos de Londres 2012: Fue una gran experiencia para mí ganar la medalla de plata en los Juegos de Londres de 2012, especialmente porque entonces aún era muy joven. Fue una competición grande. Acabé con una marca de 21.86, así que con esa marca creo que me merecí la medalla. Sí, definitivamente creo que fue una gran experiencia para mí. Espero tener otro éxito como aquél en el futuro”. Pese a su juventud (contaba entonces 22 años recién cumplidos) la medalla olímpica no fue una sorpresa para el atleta alemán: “En cierta manera me esperaba esa medalla porque un año antes había acabado primero en el Mundial, así que fui a los Juegos de Londres con la intención de ganar una medalla. Sí, me la esperaba, la verdad”. No falló en la mayor cita de su vida y realizó su mejor marca personal hasta ese momento: “En esos Juegos realicé mi mejor lanzamiento hasta ese momento -luego lo mejoré en 2015 con 22.20-. En una competición como unos Juegos Olímpicos para conseguir una medalla tienes que dar lo mejor de ti, tienes que superarte. Por eso hice mi marca personal en Londres y conseguí la medalla”.

Con tres medallas en Mundiales, parece que a Storl se le da mejor este torneo. Sale en defensa de esta competición, que parece preferir en comparación con los Juegos Olímpicos y nos explica el por qué: “Para mí los Mundiales son tan importantes como los Juegos Olímpicos. Lo que hace a éstos más especiales es que se disputan cada cuatro años. La mayor diferencia con unos Mundiales es la experiencia de vivir en la villa olímpica y a mí eso no acaba de gustarme porque el tamaño estándar de las habitaciones en los Juegos suele ser pequeño para mí, al menos comparado a lo que me encuentro en otros campeonatos. Tengo por ejemplo a ese respecto recuerdos no muy positivos de los Juegos de Río y su villa olímpica. El ambiente en esos Juegos no fue bueno”. Pero, por otra parte, no le queda más remedio que reconocer el valor intrínseco en los Juegos: “Conseguir la medalla olímpica más que cumplir un sueño es conseguir parte de un sueño aún mayor”, pero…“Mi mayor sueño ahora, con la edad que tengo, es seguir ganando y volver a ser campeón mundial”.

David Storl ha vivido en dos ocasiones la experiencia olímpica en dos casos totalmente diferentes para él: si en unos consiguió la medalla, en los otros tuvo un mal puesto, por no hablar de los aspectos organizativos y de ambiente, que el alemán diferencia radicalmente: “Los Juegos de Londres y los de Río no tienen nada que ver. Los de Londres fueron geniales en el sentido de la competición, la organización, el ambiente y que todos los atletas nos sintiéramos arropados y apoyados por el público. Por el contrario, las condiciones en Río no fueron tan buenas. Para empezar teníamos que realizar un viaje demasiado largo hasta el estadio olímpico”.

Storl comenzó a lo grande en el mundo del atletismo. Siendo aún un veinteañero ya había obtenido dos oros mundiales y una plata olímpica (en su especialidad dominan atletas más veteranos), pero una lesión en 2014 le hizo cambiar su técnica para evitar mayores dolores en la rodilla. Sus resultados también se resintieron en parte y su nivel bajó, dentro de un razonable nivel alto. Le llevó cuatro años curarse del todo y no sufrir más dolores, así que volvió a su técnica inicial, rotando más en el lanzamiento y no quedándose tan fijo en el área de lanzamiento. Ahora piensa en Tokio 2020 con más confianza en sí mismo, pero también con la certeza de que tendrá que mejorar su marca, pues intuye que “se ganará con un lanzamiento de 22.50 a 23.00m”. Pese a que pertenece a una potencia del atletismo y del deporte en general -Alemania- eso no le causa presión alguna: “Yo no siento presión para conseguir una medalla. La presión me la pongo yo mismo. Pertenecer a la selección alemana no impone una presión extra, sino que si eres un buen atleta del que se esperan buenos resultados siempre tendrás algún tipo de presión”.

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