Camino a Río,  Entrevistas,  Heroínas olímpicas

MARINA ALABAU: “VOY A RÍO CON MÁS CONFIANZA QUE EN LONDRES 2012”

Marina Alabau irá a Río sin poder mejorar su clasificación de Londres, puesto que allí ya saboreó el mejor metal posible. En Londres la regatista de windsurf no se acababa de esperar el oro finalmente conseguido, pese a que en Londres sí que regateé con mis condiciones, así que gané fácil y ahora me he centrado mucho en no tener puntos débiles. He mejorado mucho y se puede decir que estoy a un buen nivel en todas las condiciones. Estoy preparada para lo que haya. La verdad es que casi que voy a  Río con más confianza, no siendo tan buena como lo era en Londres”.

Para la vela el viento es fundamental. Marina nos cuenta que en Río “se prevé que vaya a haber viento flojo, pero nunca se sabe. Depende de las condiciones que haya me beneficia o no, pero en principio en Pekín yo era buena con vientos medios-fuertes a vientos flojos así quedé cuarta, que no está mal”. Porque Marina ya intentó con 16 años ser olímpica en Atenas, pero no lo logró por el sistema de calificación, que solo permitió que compitiera una española: Blanca Manchón, otra regatista de primer lugar con la que Alabau ha tenido siempre que luchar para conseguir la única plaza disponible para España: “Eso es una pena. En Atenas fue Blanca y desde entonces nos hemos estado peleando, siempre a ver quién es la que va a unos Juegos. Es injusto que gente con opciones a medalla se queden sin ir”.

Parece que Marina Alabau ha tenido que luchar siempre no solo contra el viento, sino contra todo tipo de obstáculos. En Pekín no subió al podio por un fallo garrafal de un juez, pero esa es otra historia polémica de los Juegos Olímpicos que ya contaremos. Tras el oro conquistado en Londres, las autoridades pertinentes decidieron echar del calendario olímpico su categoría, sustituyéndola por el kite-surf, pero eso no amilanó a la sevillana: no me lo tomé muy mal, sino que me lo tomé como un nuevo reto. Pensaba pasarme al kite, que ya había estado entrenando. Algo nuevo, diferente, aunque me dio pena por el windsurf, pero como objetivo personal yo iba a seguir”.

085_crop

Su carrera por el oro en Londres en la Medal Race merece un capítulo aparte, una historia que nos resume ella misma: “Yo me veía entre las favoritas, me veía que podía sacar una medalla, pero la verdad es que no me esperaba el oro. Gané creo que cinco mangas y navegué súper bien, que no lo esperaba, la verdad. Justo antes de la Medal Race la israelí Lee Korzits y yo íbamos primera y segunda toda la semana. Esta chica es muy grande, pesa mucho, va muy bien con viento fuerte y muy mal con viento flojo. Salimos al agua con un viento muy bueno y de repente el viento se fue. Entonces mi amiga [entrenan juntas] se vino un poco abajo y vino a mí a pedirme apoyo, que yo le dijera algo para ayudarla y, claro, yo me veía en una situación de ¡me estoy jugando el oro con ella! La animé, le dije que el meteorólogo me dijo que iba a volver el viento y que no se preocupase, que estuviese concentrada, que no nos quedaba nada. Yo recuerdo que hice esa última manga, la primera vuelta, cogiendo la primera boya y lo primero que pensé fue en ella y me dije: “Marina: ni se te ocurra mirar para atrás para ver dónde va Lee, Céntrate ten lo tuyo, porque nunca se sabe”. Así que estuve pensando un poco cómo iría ella, porque yo iba en cabeza y no la veía y cuando llegué ya fue la euforia de haber ganado. Yo no sabía cómo había quedado mi amiga, hasta que en la zona mixta y allí la vi a la pobre, llorando, porque había quedado sexta. Justo antes de salir me dijo: “Marina: yo voy a sacar una medalla, porque me lo merezco”. Y pensé que la verdad es que se lo merecía, porque había navegado muy bien toda la semana. Son las cosas del deporte”.

Porque en el deporte de la vela prima la solidaridad entre las participantes: “Somos muy amigas todas: tanto la inglesa que ganó el bronce en Pekín como la israelí estuvieron en mi boda. Somos verdaderamente amigas porque llevamos 20 años compitiendo juntas. Ahí no hay gente nueva que viene y va, allí somos las mismas siempre. Siempre estamos juntas en el circuito y al final son tus amigas de verdad”.

En Río encontrará dos grandes diferencia con toda su experiencia previa: por un lado la extrema –y polémica- suciedad de las aguas de competición, sita en la bahía de Guanabara: “Sí que está un poco sucio. El problema es que cuando llueve hay corrientes y hay mareas grandes pues sí que hay plásticos y demás basura, pero yo espero que esté arreglado para los Juegos”, dice eufemísticamente Marina. La otra gran novedad es que competirá siendo madre, aunque declara tener “muchísima ayuda. Mi marido, que es mi entrenador, me ayuda mucho, mis padres y mis suegros. Es un poquito más complicado de lo que era antes, por el tema de logística. Mentalmente me influye en el sentido de que al irme a Río y dejar a mi niña con mis padres tengo que exprimirme en Río todo lo posible porque estoy dejando de lado a mi niña. Igual entreno menos horas que antes pero nos centramos mucho en la calidad”.

Confiesa “conformarse” con cualquier tipo de medalla: “No me decepcionaré si no gano el oro. Ya una medalla es un éxito enorme. Para ganar el oro lo tengo que hacer muy bien, muy bien, muy bien. ¡Ojalá me salga la semana de mi vida!, pero esta vez creo que está más complicado”. El viento, las rivales, esperemos que esta vez no los fallos en los jueces y, por descontado, la propia capacidad mental y física de Marina convertirán su paso por Río en un resultado u otro.

Foto de Reuters
Foto de Reuters

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *