Entrevistas

STUART HAYES: EL GRAN APOYO DE LOS TRIATLETAS HERMANOS BROWNLEE

El londinense Stuart Hayes logró, tras dos intentos frustrados y con ya 33 años, ser olímpico en su propia ciudad. Este triatleta no logró clasificarse en 2004 para los Juegos de Atenas, aunque luego finalizara ese año como tercero del mundo. La mala racha continuó en los siguientes, a disputar en Pekín, pues sufrió dos pinchazos en su bicicleta en la prueba clasificatoria para los mismos. Sin embargo, y pese a ser el 46º del mundo en 2012 fue elegido dentro del Team GB por encima de los entonces números 12 y 13 del mundo gracias a su capacidad de sacrificio y de ser un gran gregario de los famosos hermanos ingleses Alistair y Jonathan Brownlee (quienes lograrían las medallas de oro y bronce, respectivamente).

Hayes nos destacó esa capacidad suya en una entrevista mantenido con Rincón Olímpico: Yo quedé en el puesto 34 en los Juegos de Londres, pero yo les ayudé siendo su “gregario”, así que se puede decir que también realicé mi contribución en sus medallas. Básicamente les dí mucho impulso en el segmento de la bicicleta. Y antes de la prueba aporté también mi apoyo psicológico intentando calmarles, así que también contribuí algo en ese sentido. Siento que fui parte de su éxito con mi ayuda”.

La competencia interna en el equipo de triatlón británico es realmente dura, pero un veterano como Hayes ha logrado hacerse con un hueco: “El equipo británico es muy completo y tenemos entre nosotros a atletas realmente muy buenos, como los hermanos Brownlee o los jóvenes que se están abriendo paso. Yo ya tengo mucha experiencia y años (tengo 36 años) pero me pude hacer con un puesto“.

¿Cómo consiguieron los británicos su éxito en los Juegos de Londres, en donde sólo el español Gómez Noya conseguiría separar a los afamados hermanos Brownlee alcanzando una meritoria plata? Hayes nos da las claves: “Antes de Londres 2012 estuve entrenando con los hermanos  Brownlee como un equipo para preparar los Juegos. Yo les ayudaba particularmente en el segmento ciclista y en la natación. La carrera fue según lo planeado, basado en esos segmentos. Antes habíamos ido a Saint Moritz a entrenar en altitud para conseguir algo más de velocidad.  Funcionó perfectamente. Yo en particular no sentí presión por correr en casa, pero sí que la tenían los hermanos Brownlee. Todo el mundo estaba muy nervioso, yo en parte por si no hacía bien mi misión. Pero como todo salió como teníamos previsto nos consideramos muy afortunados”. Así superaron los británicos la presión que sin duda tenían de ser los grandes favoritos no ya solo para el oro, sino para conseguir las dos medallas más preciadas, oro y plata.

Tan seriamente se tomaron la prueba del triatlón, en la que cualquier cosa que no fuera un par de medallas sería considerada un fracaso, que los triatletas locales prefirieron alejarse de las posibles distracciones de la Villa Olímpica: “Era un lío estar en la villa olímpica porque estaba llena de gente y fiestas, de jóvenes deseando pasárselo bien mientras que nosotros nos alojamos en un hotel al lado de Hyde Park –donde se disputó la prueba– para concentrarnos en la carrera; de esta manera estuvimos muy tranquilos”.

Como prueba del éxito popular de esta prueba en el Reino Unido Hayes nos cuenta esta anécdota: “Había tanta gente durante la carrera olímpica gritando y animando que apenas podíamos escucharnos ni hablarnos dándonos consignas entre nosotros. Si alguna vez se celebran los JJ.OO. en Madrid estoy seguro de que pasará lo mismo porque aquí el público también anima mucho”, nos confesó Stuart Hayes tras participar en una prueba de la Copa de Europa en Madrid. Y es que el triatlón disputado en pleno corazón londinense fue muy especial, como nos cuenta el propio deportista: “El triatlón de los JJ.OO. de Londres fue increíble. Tuvimos más de un millón de espectadores viendo la prueba. Fue una carrera realmente maravillosa. Se trata de un deporte maravilloso para los espectadores, con las transiciones entre las pruebas Es muy versátil y un gran deporte para el cuerpo también. Creo que en Río puede ser un éxito tan grande como en Londres en cuanto a número de espectadores”.

Stuart Hayes nos demuestra que detrás de un gran campeón hay mucha más gente que hace posible su triunfo. Sin su empuje –sobre todo en la prueba ciclista- y su capacidad de sacrificio quizá los hermanos Brownlee y con ellos toda Gran Bretaña no habrían tenido dos medallas que celebrar en casa.

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